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El origen de ofrendar flores a La Geperudeta se encuentra en el año 1945, cuando un grupo de clavariesas y otras mujeres vestidas de labradoras cubiertas con mantillas, depositaron en el interior de la Basílica, junto al Altar Mayor y a los pies de la Virgen, varios ramos de flores.

En los años sucesivos se sumaron algunas comisiones de fallas que fueron dándole mayor importancia al acto que se instauró en el día 18 de Marzo, hasta llegar el momento en que ya no cabían en la Basílica tantas flores y tanta gente, por lo que en 1949 decidieron implantarlo en el exterior, en plena Plaza de la Virgen: se construyeron unos bastidores con listones de madera y se apoyaron en la fachada de la Basílica para depositar ordenadamente las flores que traían las falleras.

Además ganó importancia la Organización del Desfile de las comisiones, debido a las largas colas que se producían para entregar los ramos de flores, la incorporación a la Ofrenda de niños falleros y de bandas de música que acompañaban a cada comisión, así como la cada vez mayor afluencia de gente visitante. Además se establecen competiciones entre las comisiones por los mejores ramos, canastas y tapices florales que cada vez son más grandes.

En la década de los 70 la Ofrenda pasa a ocupar dos días de la Semana Fallera. Gana protagonismo la participación de gente famosa y autoridades, y llegan a desfilar en la Ofrenda Infantil 25.000 niños y en la Ofrenda Mayor 30.000 falleros y falleras. Actualmente casi 10.000 músicos acompañan a las 383 comisiones falleras que participan en la Ofrenda.

En 1987, el escultor y artista fallero José Azpeitia, confecciona por encargo de la Junta Central Fallera un busto de la Virgen, sus manos y el niño Jesús. El resto del cuerpo es un entarimado de madera de 15 metros de alto sobre el que se van depositando los ramos de flores y formándose con ellas un hermoso y colorido tapiz. El resto de las flores se siguen situando como todos los años, en los bastidores de la pared de la Basílica.

Cada año el famoso dibujo del manto de La Geperudeta es diferente y permanecerá en secreto hasta el último momento.

La Junta Central Fallera se encarga de decir a cada comisión qué tipo de flores deben llevar para la confección del diseño elegido, que será de ramos compuestos de miles de claveles rojos, blancos y rosas. Cada fallera llevará el suyo hasta los pies de la Virgen, y serán los 43 “vestidors de la Mare de Déu” (“vestidores de la Virgen”) que trabajan cada año en la construcción del manto los que se encarguen de disponer, de manera organizada y coordinada, cada ramo en el lugar que le corresponde. El primer día se terminará el manto de la Virgen y el Niño, y el segundo ya quedan completados los tapices florales de los bastidores de la Basílica.

Actualmente la Ofrenda empieza el día 17 y se alarga durante el 18 de Marzo sin descanso (sobrepasando la madrugada del 19) y la Plaza de la Virgen queda inundada de flores llegando a superar los 130.000 participantes entre falleros adultos, falleros infantiles, vestidores y organizadores. En la entrada a la Plaza de la Virgen se viven los momentos de mayor emoción, cuando los altavoces anuncian la comisión que deposita el tributo y las falleras entregan sus ramos sin poder contener el llanto. Y con esta emoción se vive hasta el último momento, pues la Fallera Mayor de Valencia será la última en desfilar ante la Virgen.