Soy Cofrade

Llega un momento, en que uno disfruta más aun si cabe desde fuera, de la cofradía.
Seria casi imposible que yo saliera de penitente por las calles de Sevilla,
por la simple razón de no desear perderme el resto de cofradías que salen ese día a la calle

Esa libertad que te da el no ostentar cargo cofrade alguno,
intentando ser-si acaso- un cofrade mas, a ser posible de forma desapercibida.


Esa libertad que supone dedicar tu tiempo a ver lo que te gusta, esto es, ver cofradías. Aunque también es cierto que uno con los años se convierte en más exigente y puede optar entre ver una cofradía que llena los sentidos propios, ante otra cuyos caracteres son la chabacanería. Como de igual manera criticar de forma abierta a los que se sirven de este mundo cofrade como forma de reconocimiento, vanagloria o prestigio social. Al cura anticofrade de turno que dentro de una misma parroquia es anticofrade con la hermandad debil, y da su placet a la otra hermandad con mas poder o dinero.

Libertad, preciada libertad...