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miércoles, 18 de agosto de 2021

85 Años de su Martirio

 



85 años de su Martirio

En Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real), en Abril de 1936, y tras varios intentos, esa turba incontrolada logro quemar el templo Parroquial, con su bellísimo retablo barroco y sus imágenes sagradas.

El 20 de julio de 1936 pusieron guardia al Colegio de San José, fundado por  Doña Rosario Laguna, para que no pudieran salir los cinco hermanos de La Salle que lo regentaban. Al día siguiente, un grupo de milicianos asaltó el colegio y los religiosos fueron conducidos a la cárcel.
La mayoría eran casi jóvenes imberbes que habían decidido dedicarse
a la enseñanza en la orden de las Escuelas Cristianas de San Juan Bautista de la Salle, vulgo, La Salle.



Con ellos se reunieron el 3 de agosto los tres sacerdotes de la localidad. Félix González Bustos, de 33 años, se había ordenado en 1927 y en 1934 se trasladó a Santa Cruz de Mudela para sustituir al párroco enfermo. Fue detenido junto con sus coadjutores Justo Arévalo Mora -de 67 años, ordenado sacerdote en 1895- y Pedro Buitrago Morales, que ordenado en 1907 llevaba 20 años en este cargo y al llegar el nuevo párroco sustituyó a Arévalo como capellán del colegio de San José. Los llevaron al depósito de cereal -el pósito- convertido en cárcel, donde estaban los hermanos de las Escuelas Cristianas y, desde el 2 de agosto, el maquinista ferroviario Álvaro Santos Cejudo.


Durante ese periodo de reclusión fueron objeto de todo tiempo de vejaciones, solamente recibiendo el
auxilio en forma de comida de una tal Señora Ramírez.
Un compañero de prisión declaró que “los milicianos sentían por los religiosos un odio especial, diferente al que tenían hacia los seglares les hacían barrer las calles, los obligaban a limpiar con las manos los pozos de los baños, insultándoles continuamente, exponiéndolos al público escarnio, provocando los insultos del pueblo hacia ellos. En estos malos tratos incluían al seglar Álvaro Santos Cejudo. Les obligaban también a correr durante tres o cuatro horas en el patio, hasta que caían extenuados”


En la noche del 18 al 19 de Agosto de 1936, fueron llevados en un camión al Cementerio de Valdepeñas, como mansos corderos llevados al matadero, Don Pedro Buitrago, su Coadjutor, el Superior del Convento de San José y todos sus frailes junto con el laico Santos Cejudo factor de trenes, fueron victimas del martirio, ofreciendo lo más preciado que poseían, su propia vida.

Los lasalianos eran: Isidro Muñoz Antolín (hermano Ladislao Luis, de 20 años), Antolín Martínez Martínez (hermano Dámaso Luis, de 21), Valeriano Ruiz Peral (hermano Julio Alfonso, de 24), Remigio Ángel Olalla Aldea (hermano Agapito León, de 33) y Urbano Corral González (hermano Josafat Roque, de 36


Muchas veces he escuchado indignos comentarios del tipo... " Si los mataron, es porque algo harían", 
" porque a D Antonio Pardo no lo mataron y a estos sí"
Ese tipo de comentarios solo intentan justificar una masacre, y ninguna masacre tiene justificación.

La Iglesia Universal hace unos años los reconoció como Beatos Mártires y nuestra comunidad de Fe local tiene la dichosa semilla de su sangre derramada, no derramada en vano, sino que ha servido, sirve y ha de seguir siendo uno de los mayores tesoros por la grandeza de su martirio.

AD MAIORE DEI GLORIAM



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Ad maiórem Dei glóriam

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