Soy Cofrade

CARTA DEL HERMANO MAYOR DE LA MISION A LA ASAMBLEA DEL CONSEJO

PERDON, GRACIAS Y HASTA SIEMPRE
Hace cuatro años, en esta misma sala y ante la Asamblea reunida bajo el auspicio del Espíritu que nos convoca, manifesté el deseo de la Hermandad a la que represento de ocupar un puesto en la nómina de las Cofradías que hacen su Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral y llevar el carisma claretiano al corazón de la ciudad.
Pocos meses después, exactamente en Febrero de 2009 (mucho antes de constituirse la Comisión redactora del borrador de los nuevos Estatutos), presenté, conjuntamente con mi antecesor en el cargo, el Expediente que se nos requirió y en el cual solicitábamos oficialmente nuestra incorporación a la Semana Santa de Sevilla, entendiendo que cualquier jornada de la misma podría acogernos, salvo la ”madrugá”.
Llevo, por tanto, más de tres años esperando un gesto de compasión por parte de las Hermandades y Cofradías de Sevilla, entidades piadosas donde las haya. Compadecerse no es sólo apiadarse, lamentarse o conmoverse, sino que, en su acepción más rabiosamente evangélica, comporta un sentimiento de verdadera aproximación al prójimo para padecer con él, ponerse en su lugar y, conociendo la problemática que lo asola, buscar la manera de solucionarla.
¿Es que la grandeza de las Hermandades de Sevilla no da para facilitar la incorporación de nuevas Cofradías? ¿Cómo se puede cuestionar el tránsito bajo las setas de la Encarnación y no explorar todas las posibles modificaciones en el discurrir de los cortejos penitenciales por la geografía urbana de la ciudad para impedir la colisión de los mismos? ¿Habremos de hacer Estación de Penitencia literal a la Catedral sin pasar por la Carrera Oficial? ¿Hasta cuándo esta silenciosa desesperación en la tierra donde habita la Esperanza y el Gran Poder de Dios es capaz de llenar las redes con un leve pestañeo de sus maltrechos párpados? ¿Alguien está pagando derechos de autor a la productora de la saga cinematográfica por su reiteración en catalogar nuestro empeño de sumarnos a la Semana Santa como una “misión imposible”? ¿No véis mi aflicción y mi amargura, el abatimiento de mis hermanos que son también hermanos vuestros?
La Hermandad de la Misión no tiene quien le escriba salvo para recalcar la inviabilidad e imposibilidad de su integración en la Semana Santa. Pero sí tuvo un Cardenal que rubricó con su firma, el día de Navidad de 2007, el Decreto de aprobación de sus reglas actualmente en vigor en las que se contempla la posibilidad de hacer Estación de Penitencia a la Catedral cuando se le autorice. Se me ha respondido con el silencio más hiriente e irritante; la negativa que no admite réplica ante la ausencia de argumentos; la mención de dificultades supuestamente insalvables y la alusión al blindaje del día para obstaculizar la anexión de nuevas corporaciones. Blindar es sinónimo de acorazar, fortificar, amurallar, proteger o revestir con planchas de diversos materiales a cual más duro y resistente: ¿por qué no blindar el corazón y ahorrarnos así el ejercicio de la misericordia?
Deseo fervientemente que mi sucesor tenga más suerte en esta porfía, pues yo me despido al llegar el final del mandato. Ha sido un honor compartir este trecho del camino con todos vosotros. Mi más sincero agradecimiento a todos los miembros del Consejo y muy especialmente a su Presidente y al Delegado de las Hermandades que no procesionan (todavía) a la Catedral de las puertas abiertas para todos. Si me necesitáis estaré cada jueves en mi Parroquia de San Antonio María Claret postrado ante el Santísimo, bajo la dulce mirada del Inmaculado Corazón de María, donde lo esencial adquiere toda su plenitud y lo banal se desvanece en el aire como la fragante humareda que brota del incensario. Que el Espíritu os conceda el don de discernir entre lo trascendente y lo accesorio. “Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el escudriñador de este siglo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad? La locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres”. Perdón, gracias y hasta siempre.

Desde este blog muestro mi apoyo para que en un futuro no muy lejano la Hermandad de la Mision pueda hacer Estación de penitencia a la Catedral de Sevilla